He estado en Chiva, viendo de cerca cómo una comunidad se levanta después de la inundación devastadora.
Han pasado varios días desde que el diluvio golpeó, dejando a su paso una gran cantidad de daños.
Las calles, especialmente alrededor del barranco, están irreconocibles.
Este video no solo busca mostrar lo que se ha perdido, sino también capturar el espíritu de las personas de Chiva, que no dudaron en unirse cuando más lo necesitaban.
El impacto de la inundación
El desbordamiento del barranco fue implacable. Edificios importantes quedaron destruidos y muchas de las calles principales, como la calle del Guerrero y la Rambla, están seriamente dañadas.
Caminando por Chiva, resulta desolador ver cómo lugares antes llenos de vida y verde han sido arrasados, dejando solo ruinas. La fuerza del agua fue tal que derribó muros, arrancó árboles y esparció escombros por todas partes. Hay edificios que aún representan un peligro, y las evaluaciones siguen para decidir qué estructuras podrán salvarse.
Uno de los incidentes más tristes ocurrió en el hospital, donde los esfuerzos por contener el agua terminaron en una tragedia: veinte personas sufrieron intoxicación por monóxido de carbono mientras intentaban proteger las instalaciones.
Daños inesperados y sorprendentes
Lo que más impacta es ver cómo hasta los cimientos de la ciudad se han levantado. Las calles, que antes parecían tan seguras, están ahora destruidas, con adoquines sueltos y raíces expuestas. Pinos enormes, de hasta veinticinco metros, han arrasado a su paso. Pero, aunque el daño es inmenso, la moral de la gente de Chiva sigue en pie.
Solidaridad y apoyo comunitario
En medio del desastre, la comunidad se ha movilizado con una organización admirable.
La plaza, a pesar de todo el caos, se ha convertido en el centro de las operaciones.
Desde el ayuntamiento se coordinan los esfuerzos de ayuda, y los vecinos se han organizado para repartir comida, ropa y artículos esenciales a quienes lo necesitan. Igualmente la escasa ayuda de las autoridades sigue siendo insuficiente.
Cerca del teatro, voluntarios preparan comidas calientes que se ofrecen gratis a todo el que lo requiera. Otros están ocupados clasificando donaciones: ropa de abrigo, ropa limpia para niños, pañales y artículos de primera necesidad. Las montañas de donaciones son prueba de la solidaridad sincera que ha surgido en estos días difíciles.
Esperanza y recuperación en camino
Esta ola de apoyo es más que conmovedora; es un verdadero salvavidas. Gracias a la unión de la comunidad y a la ayuda de vecinos, Chiva comienza a ver un camino hacia la recuperación. Quedan muchos desafíos, pero el esfuerzo compartido hace que cada obstáculo sea un poco más llevadero.
A pesar de los desafíos, Chiva no solo sigue en pie, sino que demuestra una fortaleza increíble en su unidad. Los gestos de generosidad y el trabajo incansable de los voluntarios están trazando el camino hacia la reconstrucción.
Más allá de los daños materiales, esta experiencia está fortaleciendo los lazos entre vecinos, una unión que perdurará mucho después de que se haya recuperado el pueblo.
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